“A veces la realidad exagera”
Entrevista exclusiva a Antonio
Dal Masetto, el talentoso escritor y periodista ítalo-argentino. Realizada en
2011, en ocasión del lanzamiento de su obra completa.
Por Sergio Varela
Antonio Dal Masetto (1938-2015),
fue una de las voces más estimulantes de la literatura argentina. Un maestro en
el arte de combinar los oficios terrestres (él mismo fue albañil, pintor y
carpintero) y la sutileza de los lazos humanos, especialmente los familiares.
En 2011, el cronista tuvo el privilegio de entrevistarlo para una revista
cultural, y su obra, inseparable de su vida, sigue vigente, como sus palabras
de entonces.
¿Cómo resumi ría su estilo, su
elección estética?
Hay cosas en mis textos que
pertenecen a mi propia experiencia y otras, como ocurre en toda historia, que
provienen de la imaginación. La cuestión es poner equilibrio en el caos
inicial. A veces la realidad resulta pobre y hace falta enriquecerla. A veces
la realidad exagera y hay que nivelarla. Una minuciosa tarea artesanal, una
proyección arquitectónica. Medidas y equilibrios. He aprendido mucho de la
pintura y la escultura.
¿Qué es lo que define a un buen
libro?
Un libro es bueno o no lo es. Está
bien escrito o no, rescata con fuerza y originalidad aquello que pretende o es
apenas un reflejo intrascendente, resulta eficaz o no en la transmisión de su
mensaje, poco importa el tema que trate y la cantidad de libros que lo hayan
abordado, puede ser una relación amorosa, un conflicto familiar, una guerra,
una revolución, un momento particular en la historia de un país. El lector
reaccionará ante la presencia de esos valores o la falta de ellos.
En su obra, desde Oscuramente
fuerte es la vida (TRAS SU PASO POR LA BIBLIOTECA, CIRCULA COMO "LIBRO LIBRE"), hay una constante con
referencias a la figura del padre y la madre. ¿Qué es lo que lo llevó a esa
preocupación literaria y de qué forma procuró transmitirla?
Madre, padre, son o fueron
pilares, faros, en general para todo el mundo y, en la tarea de alguien que
escribe y respeta la vida y agradece y desea dejar algún testimonio de lo que
le tocó en suerte, es natural que esas figuras aparezcan. Así que no me parece
que sean preocupaciones literarias, sino de presencias fundamentales y que, en
mi caso, encontraron un cauce para ser rescatadas a través de la literatura. De
todas maneras, siempre hay una constante o un par de ellas o quizás más de un
par en cualquier escritor y es probable que su obra no sea más que una larga
autobiografía ensayada desde distintos ángulos pero girando alrededor de un
mismo centro, mordisqueando y volviendo a mordisquear el mismo hueso.
Fuente: revista Quid
¡Muy interesante la introducción!.
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