Shakespeare o no Shakespeare?


Considerado el mejor dramaturgo de la Historia, William Shakespeare, también llamado “el bardo de Stratford-Upon-Avon” por su ciudad natal, es también calificado como el más grande escritor en lengua inglesa. Pero existen controversias sobre si Shakespeare era Shakespeare, una intriga que parece extraída de sus obras inmortales.

La duda es si el actor y director William Shakespeare, cabeza de compañía de The Lord Chamberlain`s Men y luego de The King´s Men, propietario del teatro The Rose y luego The Globe, es el autor de esas piezas extraordinarias. Para entender esa duda, hay que evaluar la historia en perspectiva. En el Renacimiento isabelino inglés, un actor no era un hombre culto y con estudios universitarios como en la actualidad, salvo casos de “naturales” intuitivos dotados de talento innato, sino que eran una especie de marginales de la sociedad, frecuentemente alcoholizados en tabernas pobladas de prostitutas. En ese contexto, resulta sospechoso el grado de erudición y exquisita cultura de sus obras. A su vez, el teatro no era un espectáculo burgués como en la actualidad, sino una feria popular similar a ir a la cancha (de allí sus famosos prólogos para concitar la atención del público).

Una teoría que cobró entidad desde el siglo XXI es que tanto Shakespeare como Christopher Marlowe actuaron como testaferros o prestanombres de Edward De Vere, 17mo Conde de Oxford, de quien se sospechaba estaba emparentado con la reina Elizabeth I y debía mantener el anonimato en sus obras de fuerte contenido político para la época. Por lo pronto, resulta significativo, en este contexto, que la frase más famosa de un autor cuya identidad es motivo de controversias sea “Ser o no ser”. Además de haber escrito la obra “Quid pro quo”, que los angloparlantes usan como expresión de reciprocidad, pero que en latín significa “hacerse pasar por otro” (la frase de reciprocidad es “do ut des”). Imaginar a un actor isabelino desmenuzar estas sutilezas del latín suena un poco extraño.

En la biblioteca podés acceder a “Ray Lear”, y su conflicto incestuoso con su hija Cordelia, “Hamlet”, el príncipe de Dinamarca que simula estar loco para denunciar el crimen de su padre, y a la obra más lograda de Shakespeare, que a su vez padece un halo maldito desde siglos, al punto que la gente de teatro evita pronunciar su nombre: “Macbeth” (podés pedirla como “Esa obra del artista-conocido-como-Shakespeare”)

La película “Anonymous” hace hincapié en la llamada “teoría oxfordiana” sobre la identidad de Shakespeare (https://www.youtube.com/watch?v=mfiVjM2nL8E). Protagonizada por Ralph Infans (el impresentable amigo de Hugh Grant en “Notting Hill”, aquí hecho un irreconocible galán), el personaje de Edward De Vere confiesa que no puede dejar de escribir para evitar el tormento que le producen “las voces en su cabeza”. Así las cosas, en un nuevo giro dramático shakesperiano, las más sublimes obras del teatro universal serían producto de una especie de laborterapia de una persona con esquizofrenia.

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